Una nueva carta de De Vido: «Mis excompañeros me hacen acordar a Judas y a Poncio Pilato»
Publicado: 20-11-2017
Julio De Vido publicó una nueva carta en las redes sociales, en la que analizó el rol del peronismo y pidió su unidad «para construir una oposición superadora». El exministro de Planificación del kirchnerismo está detenido en el penal de Marcos Paz, investigado por corrupción.
En su nuevo mensaje, De Vido analizó la situación de su partido e insistió en la necesidad de enfrentar las políticas del Gobierno para volver a conquistar a la clase media.
«El miedo paraliza. Debemos movilizarnos para oponernos a las políticas de ajuste salvaje y dar todos los debates que tengamos que dar para poder recuperar a la clase media», reflexionó. Y consideró que el Frente para la Victoria deberá elegir candidatos «que estén dispuestos a gobernar una Argentina soberana, donde el centro de decisiones esté en la Casa Rosada y en el Congreso, con una justicia independiente, que no sea funcional a las persecuciones del poder de turno» de cara a las elecciones del 2019.
El diputado desaforado se refirió a las dificultades del Partido Justicialista para organizarse e hizo hincapié en la derrota electoral del 22 de octubre. Así, remarcó que su espacio tiene que reconstruir «un frente nacional y popular».
«Hay que impulsar al peronismo a reconstruir un frente nacional y popular como el que nos llevó al triunfo de Cristina Kirchner en el 2011», dijo De Vido. Y propuso armar una «mesa de conducción» con dirigentes que tengan representación electoral en cada distrito para armar una alternativa «federal, participativa y representativa».
El exministro de Planificación escribió cuatro cartas desde que quedó detenido. En sus publicaciones arremetió contra los diputados de FPV por no impedir su desafuero y le recriminó a Cristina que haya dicho en una entrevista que no ponía las manos en el fuego por él. Además, aseguró que sus excompañeros “le hacen acordar a Judas y a Poncio Pilato”.
. Carta completa:
«DE LA RECONSTRUCCIÓN DE UN FRENTE NACIONAL Y POPULAR CONDUCIDO POR EL PERONISMO
Decía el General Perón que se debía “observar para distinguir” y “distinguir para optar o elegir”. Veamos, no hablaba de mirar sino de observar en un estadio superior de sentir o percibir porque los militantes, en su condición de cuadros políticos, necesariamente deben hacerlo para elegir la mejor opción política para cada momento, para siempre beneficiar o mejorar en cualquier circunstancia al conjunto.
Alguno por ahí dirá que no todos los militantes son cuadros. Esa, claramente, es una posición ideológica, ajena a la concepción política del peronismo; los habrá mejores o peores, más o menos útiles para cada coyuntura, por aquello que:
“El peronismo es esencialmente popular. Todo circulo político es antipopular y, por lo tanto, no peronista” (Las Veinte Verdades Peronistas).
No quiero distraerlo con disquisiciones vacías. Lo que quiero decir, claramente, es que la situación del país amerita la movilización total del peronismo, como abanderado histórico de los derechos del pueblo argentino y, fundamentalmente, de los trabajadores. Nadie puede ser dejado de lado y mucho menos hacerse el distraído.
Por ello, es ineludible para nosotros impulsar orgánicamente al peronismo a liderar la encomiable tarea de reconstruir un FRENTE NACIONAL Y POPULAR, como el que nos llevara al contundente triunfo de Cristina Fernández de Kirchner en el 2011. Ese resultado, sin duda, fue en gran medida producto del sacrificio supremo que el 27 de octubre de 2010 hiciera Néstor Kirchner, luego de librar una fenomenal pelea contra quienes por fuera de la política pretendían transformarse en el poder real de la Argentina, que hoy, sin duda, detentan plenamente, producto de las sucesivas derrotas electorales de 2013, 2015 y, parcialmente, como luego veremos, en 2017.
Esas sucesivas derrotas fueron posibles porque a partir de 2008, luego de que Néstor Kirchner dejó el gobierno el 10 de diciembre de 2007 -con el 75 por ciento de imagen positiva- los monjes negros de los que hablé en mi carta anterior hicieron su aparición en escena. También los advenedizos a los que también me referí. Ellos introdujeron en el gobierno popular políticas erradas y ajenas a nuestro modo de gestionar que nos llevaron a fuertes enfrentamientos con los sectores medios de la sociedad, que se fueron profundizando, salvo en el interregno de 2009 y 2010, teniendo como fecha liminar el 11 de marzo de 2008 (firma de la “125”).
En ese momento, Néstor Kirchner decide encarar con toda su energía la recuperación de la autoridad del gobierno fuertemente socavada al enfrentarse públicamente contra la voluntad del multimedio de concentrarse cada vez más (compra de TELECOM ARGENTINA, habilitada por Macri a poco de asumir).
Luego de este enorme y titánico esfuerzo y sacrificio, político y personal, que fue su candidatura a diputado nacional en 2009, que en realidad fue un virtual empate que los medios hegemónicos transformaron en una catastrófica derrota. Sin ninguna duda de mi parte esto le costó la vida, y finalmente originaría la gigantesca victoria del 2011.
Tras ese triunfo resurgieron voces destinadas, monjes negros mediante, a marginar del frente gobernante al peronismo (a propósito, en mi nota anterior me olvidé de “mi voto no es positivo”, mejor no nombrarlo, es más sano otro de los advenedizos). Yo diría, sin temor a equivocarme, que la trágica e incentivada antinomia entre kirchnerismo y peronismo fue impulsada por ese coro agorero de tránsfugas, en el más literal sentido del término, que buscaban alejarnos cada vez más de los compañeros, fundamentalmente intendentes del conurbano bonaerense.
Ello nos transformaba en cómplices de la diatriba cotidiana que nuestros enemigos mediáticos lanzaban contra lo que ellos llamaban “BARONES DEL CONURBANO”, símbolo claro de la resistencia al neoliberalismo, baluarte y dique que evitara una hecatombe electoral en la Provincia de Buenos Aires, y hacia la mayoría de nuestros gobernadores que también hicieron el aguante al peronismo en esta última elección de 2017.
A la vez que el gobierno expresaba en los hechos una política de vanguardia en materia de recuperación y fundación de nuevos derechos, una política cultural fundacional -la Televisión Digital Abierta-, la finalización de Yacyetá y Atucha 2, los dos satélites Arsat, etc., toda una obra que mostraba claramente que se trataba de un gobierno peronista, estos personajes nefastos, que tanto daño hicieron al gobierno popular, seguían profundizando diferencias con lo que lo que ellos consideraban peronistas tradicionales y , fundamentalmente, una política comunicacional que cada día nos enfrentaba más con los sectores medios, agrandada por la gigantesca claudicación que significó, luego de significativas mayorías legislativas, la no puesta en vigencia de la Ley de Medios (ni que hablar del fallido de haber anunciado una reforma judicial que nunca se concretó). Quiero liberar de toda culpa y responsabilidad Gabriel Mariotto, Martín Sabatella y Graciana Peñafort, que hicieron un digno trabajo.
Convengamos que el caso de la Ley de Medios generó un fuerte escepticismo o mejor dicho una falta de credibilidad en los sectores medios de la sociedad y en las asociaciones libres del pueblo, dado que habíamos explicado en profundidad las positivas transformaciones que esto produciría en el campo de la comunicación audiovisual, esencialmente la posibilidad de informarse que tendrían importantes sectores de la sociedad. En esta tarea cabe destacar el excelente trabajo de Gabriel Mariotto y su equipo en el debate y difusión de lo que proponíamos.
Por eso creo que el peronismo tiene la oportunidad de encabezar una firme oposición al gobierno y a sus políticas de ajuste, entrega y achicamiento del Estado, con nuestros aliados históricos del frente de 2011 pero no sólo para construir una alternativa antiliberal a la neoliberal que fue votada por la gente no masivamente, porque no fue como lo quiere mostrar la corporación mediática en el poder. Además, eso sería insultar a los que lo votaron porque está claro que ahora no los engañaron como en 2015.
Lo que mandan los tiempos y las circunstancias es la formación de un plan de gobierno que no solamente nos ayude en el presente a llevar una oposición firme, digna y orgánica políticamente, y que le vaya mostrando al pueblo argentino en qué sentido queremos avanzar y de qué modo, para volver a implementar una política de real redistribución del ingreso, de financiamiento opuesta a la actual, que nos permita recuperar la soberanía económica, que lamentablemente hemos perdido en estos años. Devolver el rol planificador al Estado y recuperar nuestra política soberana en ciencia y tecnología, entre otras.
Y que además quedará formulado en su momento como un plan de gobierno para nuestros candidatos en 2019.
Para ello, debemos contar con las opiniones y el trabajo en equipo de os cuadros más destacados del PERONISMO, no de algunos dogmáticos o iluminados, sino de la de aquellos que muestren una firme actitud de defender lo hecho y, fundamentalmente, sin miedo a oponerse a las políticas de este gobierno, con los riesgos que esto implica hoy.
Digo sin dogmatismos, que tanto daño nos han hecho y mal no han predispuesto con el conjunto social que detesta a quienes se muestran como iluminados pero que valora a aquellos que con valentía enfrentan esta política de entrega, saqueo y ajuste.
¿Quién ordenará políticamente esta tarea? Tenemos, para ello, una gran proporción del territorio nacional gobernado por el peronismo y miembros del Frente Político que nos acompañaron en nuestras grandes victorias electorales.
A saber, gran parte del conurbano bonaerense y gran número de provincias y ciudades gobernadas por el peronismo o sus aliados, que en términos demográficos significan en casi el 50 por ciento del territorio nacional. En diez provincias en que no hemos ganado, como Santa Fe, hemos recuperado apoyo respecto a la elección del 2015.
Si somos capaces de conjugar, a través de un plan de gobierno serio producto de una MESA DE CONDUCCIÓN, donde estén aquellos dirigentes que tengan genuina representación electoral de CADA DISTRITO, incluyendo ahí también a los grandes distritos con representantes del mismo, de los medianos y pequeños, sin duda así construiremos una mesa FEDERAL, PARTICIPATIVA Y REPRESENATIVA.
De allí podrán salir claras y genuinas políticas para que nuestros cuadros técnicos puedan llevar adelante el PLAN de GOBIERNO 2019 y de OPOSICIÓN a las REFORMAS de Macri con centro en propuestas que contengan las aspiraciones del CAMPO POPULAR para que todos los que creyeron en nosotros en 2011, vuelvan a hacerlo en 2019.
Allí el Peronismo deberá tener un rol protagónico. TODO EL PERONISMO, no el PJ en soledad, hoy aislado y asustado por los carpetazos.
Se trata de llevar adelante una opción superadora a los ojos de la sociedad en su conjunto con las organizaciones de los trabajadores, nuestra columna vertebral, sin dudas, y nuestros numerosos aliados históricos, no importa su relevancia o su tamaño. Hoy todo suma. Por supuesto todas las organizaciones sociales, hoy perseguidas diría casi sin excepción.
En fin, todos los que estén dispuestos a construir una alternativa sólida, clara y entendible por todos sin DOGMATISMOS ni ILUMINADOS. Sin BURÓCRATAS NI INTERMEDIARIOS (monjes negros). Con claridad conceptual, pero, sobre todo, con valentía. Sólo así podremos ser una alternativa válida y creíble para todos los argentinos.
Y acordémonos siempre que nuestra carta de victoria es el TERRITORIO (el mapa con la gente adentro) y quien sea el compañero o compañera más representativo, allí no importará si es gobernador, intendente o legislador o lo que sea. Lo único que lo legitimará será su representatividad.
En otras palabras, que representen a la gente, la voz de la calle, que a propósito, siempre fue nuestra y ahora la necesitamos. Recuperar en plenitud el TERRITORIO es lo que nos hará ganar sin ningún DURÁN BARBA. Sólo la representatividad del TERRITORIO políticamente organizado, como en nuestros buenos tiempos.
Esto deberá ser el LEMA para la mesa de conducción de esta nueva etapa histórica, que debemos comenzar a transitar de este, nuestro MOVIMIENTO NACIONAL, que deberá tener como herramienta de acción política electoral y de oposición al FRENTE NACIONAL Y POPULAR, que es quien nos llevará a nuestras victorias.
Debemos llevar a nuestros cuadros técnicos con los representantes políticos de la mesa de conducción y organizar mesas de explicitación y debate, tanto de las políticas de oposición del presente como del Plan de Gobierno 2019-2023 a cada una de las provincias y localidades, por más pequeñas que sean.
Hoy mismo deberíamos estar llevando adelante un plan para explicar en profundidad cada una de las reformas propuestas por el gobierno, indicando las consecuencias nefastas que tendrán para la mayoría de los argentinos, sobre todo en lo laboral.
No más experimentos. De nada sirve que los legisladores se arrepientan de las leyes que votan. De nada sirve tapar los desaciertos constantes de este gobierno echando a los que oponen o volviendo todo a “foja cero”. Nuestro único enemigo de hoy es el miedo, que se ve reflejado en la conducta de algunos compañeros.
Tal lo que planteé en cartas anteriores, no es Macri: él es el adversario a derrotar en 2019. El miedo paraliza y hoy lo que debemos es movilizarnos para oponernos a las políticas de ajuste salvaje, dando todos los debates que tengamos que dar para poder recuperar a vastos sectores de la clase media, sin los cuales no podremos volver a la senda victoriosa y elegir en 2019 compañeros que estén dispuestos a gobernar una Argentina Soberana, donde el Centro de DECISIONES del PODER POLÍTICO esté en la Casa Rosada y en el Congreso, con una justicia INDEPENDIENTE, que no sea funcional a las persecuciones del Poder de Turno.
Si no somos capaces de sentarnos todos, sin excepción, sin exclusiones de ningún tipo, los que tengan representatividad territorial o política, presidentes de bloques legislativos y sobre todo hablando con los compañeros para persuadirlos de la necesidad de su participación, que nadie tema ser perseguido y que si lo es, todos lo defenderemos, tendremos NEOLIBERALISMO PARA RATO.
Cualquiera puede convocar, sea cual fuere su territorio; lo principal es tener coraje y sumarse de todas maneras. Qué bueno sería que lo hiciera el Consejo Nacional del Partido y el Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires, al que pertenezco hoy.
Lo demás, viene solo. Créanme que cuando gritemos todos juntos van a creer que está tronando, como dice la canción que tan bien interpretaba Alfredo Zitarroza.
A propósito de esto, como ven, en todo lo que escribí no mencioné la palabra unidad porque hay mucho, muchísimo que discutir, también hacia adentro. Hablar de unidad hoy en este escenario de confusión y temor, sería faltarles el respeto a nuestros compañeros.
Esta deberá venir cuando definamos una forma, un criterio, una forma común de oponernos a estas políticas y fundamentalmente de comunicar nuestro plan de gobierno para el 2019.
Allí, para ganar sí necesitaremos unidad en la acción explicación de nuestras propuestas. Esa será la hora en que habrá llegado la unidad. Allí sí nuestra propuesta con UNIDAD SONARÁ como el más fuerte de los truenos.
Las falsas unidades y amontonamientos son “rosca”, como les dice y repudia la gente, harta de esas falsas comedias. Son peores que la dispersión que hoy tenemos, producto claramente de las duras persecuciones del oficialismo.
Esta carta es la propuesta de un afiliado de cincuenta años de antigüedad del Partido Justicialista. No pretendo lograr protagonismo, al punto de que el que tengo e estos días eso solo por estar injustamente detenido por Macri y su JUSTICIA ADICTA, y desde ya renuncio a tener ninguna participación en el armado que se proponga.
Luego de más de 24 años de servicio al peronismo, no voy a retirarme a descansar sino a proponer y facilitar el paso de nuevas generaciones, contando lo que nos tocó vivir y las consecuencias de todo lo actuado.
Seguramente, terminado sea cuando fuere este injusto encarcelamiento, volveré al silencio y al accionar, que siempre me caracterizó»
Julio De Vido
Diputado Nacional
Preso sin condena
Pabellón 7, Módulo V, Celda 5702
Penal de Marcos Paz