Martes 04 de Febrero de 2025

La democracia que supimos conseguir y debemos cuidar día a día

Publicado: 10-12-2013

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El 10 de diciembre de 1983, los argentinos acompañaron en la calle y a través de las transmisiones radiales y televisivas la entrega del mando al presidente electo Raúl Alfonsín. Siete años y medio de terrorismo de Estado llegaron a su fin con el discurso que realizó el líder radical desde el balcón del Cabildo para anunciar el regreso de la democracia. El 30 de octubre de ese mismo año, Alfonsín se había impuesto en las elecciones presidenciales con el 51,75 por ciento de los votos sobre el justicialista Italo Luder, quien obtuvo el 40,16.

A partir de esa fecha, que abrió las puertas al respeto, la libertad y la justicia en una sociedad que había quedado devastada anímicamente por los atropellos de las Juntas Militares, la Argentina supo avanzar en la recuperación de los principios fundamentales para el bienestar general.

En 30 años, Alfonsín, Menem, De La Rúa, Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner llegaron a la presidencia por la voluntad del pueblo. Y esto es recordado considerando que ni Videla, ni Viola, ni Galtieri, ni Bignone fueron elegidos por la mayoría y tuvieron en sus manos la dirección de una sociedad que vivió con miedo de manifestarse contra la opresión.

La democracia no fue un fruto caído del cielo, sino el resultado de un largo proceso de resistencia al terrorismo de Estado que adquirió variadas formas en lo político, en lo social y en la lucha por los derechos humanos que erosionaron a la dictadura hasta el ocaso definitivo que le provocó la derrota en la guerra de las Malvinas.

Sobre el final del gobierno de Alfonsín la hiperinflación, la ruptura de la cadena de pagos y los saqueos a los supermercados provocaron una crisis de tal magnitud que el entonces ministro de Economía, Juan Carlos Pugliese, apuntó a los grandes grupos empresarios con una frase antológica: «Les ofrecí el corazón y me contestaron con el bolsillo».

La crisis obligó a Alfonsín a adelantar el traspaso del mando presidencial y el justicialista Carlos Menem, triunfante en las elecciones, se hizo cargo del Poder Ejecutivo.

Una sublevación militar liderada por Mohamed Alí Seineldín contra la conducción del Ejército a la que consideraba «liberal» provocó, al ser derrotada, que las Fuerzas Armadas dejaran definitivamente de tener injerencia en la política para replegarse a su rol profesional. En forma paralela, el asesinato del soldado Omar Carrasco en un regimiento del sur del país, llevó al gobierno menemista a eliminar el servicio militar obligatorio.

Ya en el segundo mandato de Menem, los síntomas de una crisis económica y el agotamiento del 1 a 1 prepararon el terreno para que la UCR y el Frepaso constituyeran la Alianza, que llevó al gobierno a Fernando de la Rúa.

La gestión de De la Rúa apenas duró dos años. Mantuvo el mismo modelo económico heredado de la dictadura y del menemismo, llamó a Domingo Cavallo en su auxilio y lo nombró ministro de Economía

De la Rúa dejó el gobierno en un helicóptero que partió de la Casa Rosada y se generó un vacío de poder que intentó ser llenado por sucesivos presidentes interinos, que renunciaban uno tras otro.

Adolfo Rodríguez Saá fue uno de ellos: declaró el default y poco después renunció tras una fracasada reunión con gobernadores en Chapadmalal.

La Asamblea Legislativa del 1 de enero de 2002 eligió a Eduardo Duhalde como presidente interino. Su gobierno abandonó el esquema del 1 a 1, tras una fuerte devaluación; comenzó a devolver en parte los ahorros atrapados en el corralito; pesificó las deudas bancarias en dólares; devolvió en bonos el 13 por ciento a empleados públicos y jubilados, y buscó frenar las movilizaciones piqueteras que reclamaban trabajo implementando una serie de subsidios.

Pero Duhalde se vio obligado a llamar a elecciones tras el asesinato de los militantes sociales Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, por parte de la policía.

Un hasta ese momento casi desconocido gobernador de Santa Cruz, Néstor Kirchner, se enfrentó en elecciones a Carlos Menem, es decir, se enfrentaron el nuevo modelo de país y el que agonizaba.

Kirchner llegó al gobierno con apenas el 22 por ciento de los votos y tras la renuncia de Menem a participar en la segunda vuelta electoral, asumió la presidencia el 25 de mayo de 2003.

Luego llegaria la Dra Cristina Fernández de Kirchner, entre medio los fallecimientos de Alfonsín y Nestor  

Aunque el gobierno perdió las elecciones legislativas de 2009, recuperó la mayoría en el Congreso en 2011, tras las elecciones presidenciales en las que Cristina Fernández de Kirchner obtuvo su reelección